AP/NATACHA PISARENKO – El presidente argentino Alberto Fernández saluda mientras llega a pronunciar su discurso sobre el estado de la nación que marca la apertura de la sesión del Congreso de 2021 mientras la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se encuentra a su lado en Buenos Aires, Argentina, el lunes 1 de marzo de 2021
El Gobierno argentino está viviendo una situación compleja marcada por las tensas relaciones entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner. Las dos figuras más importantes del Gobierno peronista han visto cómo su relación se ha ido enfriando tras las últimas elecciones legislativas, y como el acuerdo conseguido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha perjudicado más la labor conjunta del Ejecutivo.
Un pensamiento común entre los expertos, según apunta el medio La Tercera, es que Alberto no habría logrado la presidencia en 2019 sin el apoyo de Kirchner, pero la vicepresidenta tampoco habría alcanzado la victoria si se situaba al frente de la campaña. Fue un pacto inicial con buenos resultados, pero ahora se puede observar cómo Fernández se aleja del kirchnerismo y La Cámpora. Prueba de esta situación es que ninguno de los implicados compartió actos juntos durante el homenaje a 40 años de la Guerra de Malvinas.
“Está claro que las diferencias ideológicas son muy claras y previas a la elección de Alberto Fernández por parte de CFK para encabezar la fórmula presidencial. Hay que ver qué dijo el actual presidente desde que dejó de ser jefe de Gabinete de Cristina en 2008, hasta que se reconciliaron”. Aunque una cosa es clara, las diferencias entre ambos, “tarde o temprano quedarían expuestas con el paso del tiempo y la gestión”, señala José Ángel di Mauro, biógrafo de Cristina Fernández, según afirma el medio La Tercera.
En medio de este conflicto, Argentina está enfrentándose a un proceso social y económico complicado, incentivado por la postpandemia, donde el panorama internacional está aumentando su presión sobre la economía argentina que, a pesar de haber crecido un 10% durante 2021, mantiene un 37,3% de la población por debajo del umbral de la pobreza.