Tras el anuncio de suspensión de todos los vuelos internacionales, el pasado domingo 28 de marzo, y la posterior entrada en vigor de la medida el martes a las 00:00 horas, el Reino de Marruecos ha centrado sus esfuerzos en fortalecer los mecanismos sanitarios preventivos para enfrentar a la nueva variante ómicron de la COVID-19. El país alauí, que ha logrado mantener durante varias semanas sus niveles más bajos de contagios desde que comenzó la pandemia, mantendrá esta interrupción de los vuelos por un periodo de 15 días, aunque evaluará regularmente la situación para realizar “ajustes, si fuese necesario”, según afirma en un comunicado el Comité Interministerial de Seguimiento de COVID.

“Debido a la rápida propagación de la nueva variante del virus COVID-19, Ómicron (B.1.1.529), especialmente en Europa y África, y con el fin de preservar los logros alcanzados por Marruecos en la lucha contra la pandemia y de proteger la salud de los ciudadanos, se ha decidido suspender todos los vuelos directos de pasajeros con destino al Reino de Marruecos, por un período de 2 semanas, a partir del lunes 29 de noviembre de 2021 a las 11h59″, recogía el comunicado.

El aeropuerto internacional Mohamed V de Casablanca, Marruecos
PHOTO/AP – Aeropuerto internacional en Marruecos

De este modo, la llegada –el pasado lunes– del último vuelo internacional contemplado de cara a las próximas dos semanas, ha supuesto para el país un despliegue “sin precedentes” de dispositivos de seguridad y mecanismos de estricta vigilancia en el Aeropuerto Internacional Laayoun Hassan I de El Aaiún, la ciudad más grande del Sáhara Occidental y que se encuentra bajo control marroquí. Los viajeros del vuelo, procedente de la isla de Las Palmas, en las islas Canarias, tuvieron que someterse a pruebas de laboratorio muy precisas para la detección de la COVID-19. Según las declaraciones de una fuente oficial para el medio rue20.com, fueron “más de 130 pasajeros marroquíes” los que viajaban en este vuelo y a los que se realizaron las pruebas, y todas ellas “resultaron negativas”.

Las autoridades y cuerpos de seguridad han afirmado que estas precauciones no se aplican solo a los vuelos internacionales, sino que, de ahora en adelante, se seguirán vigilando las salidas y llegadas de viajeros que realicen vuelos dentro del territorio marroquí. El país continuará trabajando en el fortalecimiento de los controles sanitarios pertinentes para prevenir la entrada de la variante ómicron, a la que se supone una transmisibilidad varias veces superior a otras cepas, y de la que todavía no se tiene mucha información. Como ya advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace unos días, el conocimiento sobre las mutaciones de esta variante necesitará, todavía, de “varias semanas”.

El aeropuerto internacional Mohamed V de Casablanca, Marruecos
PHOTO/AP – Aeropuerto de Marruecos

Desde la detección de la nueva cepa por parte de un grupo de científicos sudafricanos hace cerca de 10 días, varios países de todo el mundo han tomado medidas restrictivas por prevención. Al menos, hasta que se conozcan cuáles podrían ser las implicaciones reales de esta nueva variante. La cepa ‘ómicron’, como fue bautizada por la OMS, presenta 32 mutaciones respecto a variantes anteriores, y se sospecha que algunas de ellas pueden favorecer enormemente el riesgo de reinfección.

El Reino de Marruecos tomó medidas desde un primer momento, y, a la decisión adoptada en un primer momento de restringir la entrada a viajeros procedentes de Sudáfrica y algunos países del África meridional –como Botsuana, Namibia, Lesoto, Suazilandia, Mozambique y Zimbabue –, se sumó posteriormente la suspensión de los vuelos desde y hacia Francia, país en el que se incrementaron drásticamente los contagios. Ahora, con el fin de mantener sus bajas cifras de incidencia y de evitar una nueva ola en su territorio, el país alauí se blinda a través de la restricción de las conexiones aéreas internacionales.