Expertos revelan la estrategia para combatir la plaga que azota a los árboles de Guayaquil

REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)

La fumigación diurna y nocturna se realiza en las zonas de Alborada,  Sauces, Guayacanes y Samanes. 

Tras la declaratoria de emergencia para contrarrestar la incidencia de  la cochinilla en los árboles de Guayaquil, la Dirección de Áreas Verdes  (DAV) intensificó las acciones de fumigación diurna y nocturna utilizando productos orgánicos y con extractos de plantas, además de  controles fitosanitarios con endoterapia, en las zonas de Alborada,  Sauces, Guayacanes y Samanes.  

La aplicación se ejecuta en alrededor de 200 parques, indicó Alexandra  Rivadeneira, titular de la DAV. «Se mantiene un control adecuado de la  plaga que se transporta en el aire, ropa y calzado, por ello la  colaboración ciudadana es indispensable», dijo la funcionaria. «Para  reducir su número se puede rociar sustancias jabonosas en árboles y  plantas con cochinilla, un adulto de este insecto puede poner de 400 a  600 nuevos individuos», advirtió. 

Las investigaciones desarrolladas por la Mesa Técnica Provincial, con  la participación de Guayaquil, Samborondón, Durán y Daule, la  academia, Ministerio de Ambiente, Agrocalidad, INIAP y Asociación  Nacional de Entomología, han determinado que existe un depredador  natural como las mariquitas ya que la cochinilla es parte de su cadena  alimenticia. 

Diego Aimacaña, experto agrónomo de la DAV, destacó que las  universidades colaboran significativamente con el análisis de muestras  sobre el ciclo de vida de la cochinilla para determinar en qué etapa  resulta más efectivo su control, destacando que el insecto se alimenta  de la savia de ciertos árboles como samán, mango, cítricos como  naranja y limón, también en guabas y se ha detectado una incidencia  en palmeras ornamentales, y no representa ningún riesgo para las  personas o animales del entorno. 

Rivadeneira indicó también que los árboles tienen como mecanismo de  defensa la pérdida de hojas, con lo que se desprenden las cochinillas  que se alimentan de su savia y permiten la recuperación de las especies  con nuevos brotes. «Este es un nuevo insecto, lo que procuramos es  reducirla, pero nunca podremos desaparecerla por completo, la  intención es que pueda coexistir al tener su enemigo natural y así será  posible mantener un equilibrio ecológico”, concluyó.

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