El relato corporativo
18:50, el salón de clase comienza a llenarse y los 15 alumnos van entrando ruidosos, con las vivencias del día a cuestas, preguntándose qué es esto del storytelling corporativo y cómo podrán incluir esta herramienta en su mapa profesional futuro. Con anterioridad he repasado sus perfiles: ninguno pasa de los 35 años. Tres continentes y diez nacionalidades conforma esta mezcla cultural, muestra inequívoca de la herencia familiar, geográfica e histórica que cada uno trae al MBA que cursan ahora en Barcelona.
El escenario está definido por dos tiempos y ritmos bien marcados. El de ellos, uno pleno de las expectativas propias de su juventud, y el mío, reflejo del cúmulo de experiencias que el fluir natural de la vida ha ido presentándome. Ventanas que se cierran al pasado y otras que se abren al mañana, durante unas horas compartiremos la ventana del “ahora”.
“¿Quiénes son relatores?” La pregunta los toma de sorpresa, quizás esperaban algo como, “¿Qué es el storytelling corporativo?”. Quizás algunos ya traían una respuesta estudiada. Solo tres del grupo levantan tímidamente la mano, el resto todavía no conscientes de que el relato viene impreso en su ADN, seguían a la espera de las definiciones de costumbre, trilladas y vacías del componente emocional que nos define como seres humanos. Solo al reconocernos como relatores de nuestra propia historia podemos encontrar su aplicación corporativa.
El relato se lo adueñaron desde hace tiempo las gerencias de mercadeo y publicidad. Han comprendido que lo que distingue un producto de otro es la cara detrás de la marca y que la fidelidad del mercado se debe más a las creencias y valores de esa “cara” que al propio producto. Pero, ¿es éste su único uso? Las empresas consolidadas, transnacionales o no, los nuevos emprendedores con visión amplia, saben que los beneficios del relato se extiende a todos los ámbitos de la acción empresarial. Con solo hacernos las preguntas importantes, aprovechar la inteligencia emocional individual y colectiva de su recurso humano, e identificar el público objetivo y el mensaje, podremos continuar a la fase de diseñar estrategias, acciones, tiempos y medios de difusión. Convertir el relato corporativo en una herramienta permanente y transversal de nuestra actividad profesional es un proceso fascinante, apasionante. Para lograr el resultado esperado, requiere intención, creatividad y continuidad. Mas de igual importancia que su efecto en la rentabilidad del Plan de Negocios, es el sentido de pertenencia, cohesión y solidaridad que inspira en el equipo humano de la organización que lo apadrina.
El storytelling corporativo tiene una metodología, sin duda, una estructura diseñada para el logro de objetivos específicos, pero su receta ideal, como en la buena cocina, requiere de un preciso balance de ingredientes. Como una imagen vale más que mil palabras, les dejo el link de un ejemplo que reúne esta fórmula.
¿Con cuál historia te quedas?
https://www.youtube.com/watch?v=siBRvC9YSc4
Luisa Himiob
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